En la década de 1980, Pink Floyd sufrió una serie de cambios de personal, con Roger Waters dejando la banda en 1985 y los miembros restantes continuando como Pink Floyd. A pesar de estos cambios, la banda continuó publicando álbumes de éxito y actuando con las entradas agotadas en todo el mundo. En 1994, la formación clásica de Pink Floyd se reunió para grabar un último álbum, “The Division Bell”, y realizar una multitudinaria gira mundial.
Tras la muerte de Richard Wright en 2008, Pink Floyd se disolvió oficialmente, pero su música y su legado siguen inspirando a nuevas generaciones de oyentes. El innovador uso que la banda hace del sonido, la luz y otros efectos visuales, así como su exploración de temas universales como el tiempo, la mortalidad y la naturaleza humana, la han convertido en una de las bandas más queridas e influyentes de la historia de la música rock.